30 enero 2010

La estratosfera




A pesar de lo que se cree, la estratosfera no queda muy lejos. A unas dos horas andando (andando en vertical, hacia arriba, se entiende). A unos 12 kilómetros de altura (unos más en los trópicos y unos menos en los polos) ya estamos en ella. Mientras trepamos desde el suelo hasta allí lo normal es que la temperatura del aire descienda con la altura, pero cuando llegamos a unos 12 kilómetros de altitud se produce una "inversión térmica" y la temperatura del aire comienza a elevarse. Es allí donde empieza la estratosfera. Al principio, en la parte baja, la temperatura es de unos -50ºC y luego, a medida que se sube, la temperatura va también en aumento. Como el aire cálido está encima del frío, no hay turbulencias y las capas están estratificadas (de ahí el nombre: estratosfera).

La estratosfera está casi completamente seca, sin vapor de agua. Las nubes se han quedado abajo, en la troposfera, y son incapaces de traspasar la inversión térmica de la frontera. Antes de llegar allá, por lo general, las gotitas de agua de las nubes ya se han helado y precipitado y, además, las burbujas de aire ascendente se frenan cuando, de repente, encuentran capas de aire ambiente más cálidas y menos densas que ellas mismas.

Pero en los trópicos la fuerza de subida de algunos enormes cúmulos de tormenta pasan la frontera e inyectan aire húmedo a la estratosfera. Son los grumos ascendentes que se ven en esta imagen de satélite de la NASA.



El poco vapor de agua que hay en la baja estratosfera ejerce un efecto invernadero en la troposfera, la calienta. Se supone que con el "calentamiento global" aumentaría el vapor de agua estratosférico y los modelos cuentan con ello, añadiendo calentamiento al ya producido por los gases invernadero.

Así parece que ocurrió en el período 1980-1996, provocando, según Susan Solomon y sus colegas, un efecto invernadero (forzamiento radiativo) casi igual al producido por el incremento del CO2 (0,29 W/metro cuadrado, contra 0,36 W/metro cuadrado). Pero, no se sabe por qué (quizás, menos inyecciones tropicales), la humedad ha disminuído un 10 % desde el año 2.000 y contrarrestado, en una parte mal comprendida y peor modelizada, el efecto de calentamiento. Lo escribe Susan Solomon, ilustre estratosférica.




ref. : Susan Solomon et al., Contributions of stratospheric water vapor to decadal changes in the rate of global warming, Science Express, 28 January 2010.

25 enero 2010

Frío en Transilvania





- 22 ºC en Sighisoara

(y yo aquí, despierto ...)

24 enero 2010

Tomate al CO2


Leo en las páginas económicas de El País un artículo titulado "Luz roja en el sector hortofrutícola" en el que se informa de que en invernaderos de Holanda el rendimiento medio por metro cuadrado es superior a 60 kg de tomate, mientras que en los invernaderos españoles es de menos de 20 kg. Me parece una exageración, pero no soy yo el que lo dice.

¿Y cuál es la razón de semejante productividad? Según el artículo, la calefacción y la fertilización con CO2. Mientras que en la atmósfera la proporción de CO2 es de unas 380 partes por millón (0,038 %), los tomates crecen mucho mejor en invernaderos en donde la concentración es entre 1.000 y 2.000 partes por millón (0,1%-0,2%).

Por supuesto que a los trabajadores del invernadero no les ocurre nada por respirar ese aire (en cualquier aula de escuela se llega a esa concentración al final de una clase).

Hace ya unos años, en el 2006, escribí un post titulado CO2 para el invernadero , en el que trataba sobre la utilización del CO2 producido en una refinería de la Shell en Holanda, el cual era transportado a los invernaderos por una importante red de tuberías. Ahora, los productores españoles piden ayudas públicas para utilizar también CO2 como fertilizante del aire e intensificar así la fotosíntesis.

Ayer, en el "informe semanal" de TVE, en un reportaje sobre Obama, un representante del Sierra Club (la más importante organización ecologista estadounidense) se congratulaba de que la EPA (la agencia para la protección del medio ambiente de aquel gobierno) calificó hace poco al CO2 como "gas nocivo para la salud". Lo próximo será que prohiban los tomates de Holanda.

18 enero 2010

Puerto Príncipe

Mapa topográfico de La Hispaniola

La ciudad de Puerto Príncipe, al nivel del mar, candidata de la propaganda climática a quedar anegada de aquí a un siglo por las aguas del deshielo de Groenlandia y de la Antártida, ha sido destruída de imprevisto y en menos de un minuto por un terremoto. Las medidas de proteccón antisísmica eran nulas. Ni siquiera, creo, el edificio de la ONU las tenía.

Puerto Príncipe se sitúa en la costa occidental de Haití, en la parte emergida durante el Cuaternario de una fosa tectónica que recorre el país de oeste a este y sale por la bahía de Neiba en Santo Domingo. En esa fosa longitudinal se ubica el Lago Enriquillo, cuyas orillas se encuentran aún entre 30 y 40 metros por debajo del nivel del mar.

Haití pertenece al grupo AOSIS (Alliance of Small Island States), supuestamente amenazadas por el cambio climático, que con muchos aspavientos se hizo ver y escuchar en la catastrofista y catastrófica conferencia de Copenhague.

15 enero 2010

Sensacionalismo climático


El título de un largo artículo de ayer de "El País" decía: "El invierno más extraño: nieve en Europa, calor en Groenlandia".

Extraño sí, sobre todo para los predictores del IPCC y sus fieles creyentes. El mapa que pongo arriba es el de los supuestos cambios en la precipitación vaticinados para el período 2071-2100 con respecto al período reciente 1961-1990 (la OMM recomendó hace décadas utilizar unos períodos estándar de 30 años para definir el clima y así poder compararlos).

El mapa es el resultado de aplicar los modelos de la circulación global de vientos a una región determinada (en este caso, Europa). Es el resultado de un proyecto financiado por la Comisión Europea denominado PESETA, englobado dentro de otro llamado PRUDENCE. El vistoso mapa ilustra a los diputados europeos, que, sin entender nada de cómo se ha fabricado, se creen a pies juntillas que así será y sueltan las pesetas. Dicen que por prudencia. En el mapa está clarísimo que precipitará mucho más en Escandinavia (azul) y mucho menos en el sur de Europa (rojo). Lo contrario de lo que ha ocurrido en lo que va de este invierno. Qué insólito, qué extraño.

Por otra parte, respecto al titular del periódico, al oponer nieve (en Europa) y calor (en Groenlandia), el periodista no tiene en cuenta que la nieve invernal precipitada en Groenlandia suele ser más abundante cuando allí los vientos son del sur, húmedos y relativamente calientes.



12 enero 2010

¿Tiempo o clima ?


Cuando nos afecta regionalmente un período de frío, nieve o lluvia, no nos permiten los forofos del "calentamiento global" ningún asomo de sorna. Pero cuando llega un período de calor, o se sufre una sequía en cualquier parte del globo, el tiempo y el clima pasan para ellos a ser lo mismo. En este caso la propaganda mediática, con la ayuda del silencio de tantos, hincha el asunto y el airbag desatado te aplasta, si eres escéptico, que no veas. Entonces sí que la culpa del calor o de la sequía, ocurra donde ocurra, la tiene el clima ...

En realidad el clima y el tiempo no son estrictamente lo mismo pero están esencialmente relacionados y no se entiende uno sin el otro. El clima normalmente se refiere a los valores medios de los elementos del tiempo —presiones, vientos, precipitaciones, temperaturas—observados en una región determinada a lo largo del ciclo anual.

Cuando el IPCC pronostica el clima que va a hacer en el período 2070-2100 lo hace también a partir de valores medios, pero estos valores medios no se extraen de valores observados, como se hace cuando uno define el clima, sino de datos supuestos. Y estos datos supuestos se extraen a partir de los mapas del tiempo que los modelos de circulación general de vientos vaticinan para esos futuros años.

Los modelos del IPCC pronostican que, por culpa esencialmente del CO2, uno de esos cambios de circulación de vientos consistirá en que poco a poco la diferencia de presión entre la alta presión subtropical de las Azores y la baja presión subpolar de Islandia irá aumentando. Esto produciría un aumento de la intensidad de los vientos templados y húmedos del oeste que llegan al norte de Europa y una disminución de los que entran por el sur de Europa. El norte de Europa se haría más templado y húmedo y el sur de Europa, sobre todo, más seco.

Hay un índice, llamado índice NAO (North Atlantic Oscilllation) que calcula las anomalías en las diferencias de presión entre las zonas de las Azores y de Islandia y determina así el estado de la circulación de esos vientos atlánticos, decisivos para el clima de Europa. Los modelos del IPCC predicen por lo general que el valor medio del índice NAO será cada vez más positivo y que por lo tanto el clima del norte de Europa se hará más húmedo y el del Mediterráneo cada vez más seco. Estas últimas semanas, sin embargo, el índice NAO ha permanecido durante un largo período en valores negativos, batiendo récords.

ref.

05 enero 2010

Y ahora, nieve



Estos días pasados un flujo ondulado de vientos del oeste llegaban a Europa por el Mediterráneo, aportando masas de aire templadas y húmedas a la Península Ibérica. Por el contrario, en el norte de Europa, el flujo preponderante procedía del sector este. Masas de aire frío invadían el Reino Unido, que en contra de lo previsto por el MetOffice está teniendo un invierno de los más gélidos de las últimas décadas.

En general, en todo el hemisferio norte la cubierta de nieve ha sido abundante en Diciembre y en Estados Unidos ha sido la más extensa desde que se tienen medidas (me entero no por los periódicos, sino por internet: por el foro meteored.com de aficionados a la meteorología).

En los próximos días, parece que el flujo del este que afectaba al norte de Europa se ondula hacia el sur y aquí estamos impacientes, esperando ver nevar. Sobre todo los escépticos del catastrofismo climático, porque en esta guerra, cuando eso ocurre, nuestra alegría es doble.

ref. :
y este magnífico blog en español: Amazing Snow

02 enero 2010

Carbón "offshore"



(figura en Climate and Fuel)


En las semanas que se reunía el Concilio de Copenhague para discutir y decidir, sin éxito, sobre un tratado que sucediera al de Kyoto (que siguiese condenando al CO2 y al carbón), el gobierno británico aprobaba sin mucha publicidad varios proyectos de gasificación subterránea de carbón.

Uno de estos proyectos, de resultar factible, permitiría la explotación de las vetas de carbón existentes en el subsuelo de la bahía de Swansea, en el País de Gales. Entraríamos así en una era en la que ya, sin minas ni mineros (el sueño de Thatcher y de los ecologistas), no sólo se explota el carbón continental sino también el carbón costero, como se hace con el gas y el petróleo.

La gasificación del carbón in situ permite la obtención de un gas combustible, el syngas, de composición parecida al que se fabricaba, antes del triunfo del gas natural, en las fábricas de gas de las ciudades. A partir del carbón y añadiendo oxígeno y vapor de agua se obtiene una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno (syngas) que con metano y otros compuestos es parecido al tradicional "gas ciudad".

Además, la gasificación subterránea del carbón, si se destinase a abastecer de syngas a una planta eléctrica que fuese capaz de separar el CO2 producido, podría facilitar el almacenamiento de este gas licuado en los depósitos subterráneos vacíados previamente de carbón.

¿Tecnología ficción? No tanto. De hecho los países más interesados en el desarrollo del uso "limpio" del carbón son nada menos que Estados Unidos, China y Alemania.

Pongo a continuación un enlace gráfico, que recomiendo, sobre el funcionamiento del sistema (pinchen y luego no se olviden de darle al next).


Flash Movie Principle of underground coal gasification with combined CO2 storage (UCG-CCS) start movie