21 febrero 2007

Artico, este invierno más hielo



Con unas tres semanas de adelanto, el área de hielo del Artico ha batido ya el máximo invernal del año pasado y el del anterior. Todavía le faltan unos 500.000 km2 para llegar a la media del período 1979-2002, pero quizás ocurra en los próximos días.

En el "New York Times", raro, se recomendaba el otro día un libro en el que una pareja de geólogos, padre e hija, dedicados a la geomorfología costera, explican lo imposible de encerrar a la naturaleza en unos cuantos números y unas cuantas fórmulas que supuestamente permiten predecir el futuro a 100 años vista. Si los modelos fracasan en predecir la evolución de las playas (las olas son cada una muy suya y particular), más difícil es todavía modelizar el clima a largo plazo, en el que , aparte del CO2, intervienen cientos de factores complejos y mal comprendidos.

Es probablemente más útil observar los cambios y los caprichos de la naturaleza, y disfrutar haciéndolo mientras se obtienen lentas enseñanzas, que creerse ciegamente y a la primera las tragedias que vaticinan los modelos, sin preguntarse ni cómo lo hacen.

Sobre el hielo del Artico tengo esta página más completa:
http://homepage.mac.com/uriarte/hieloartico.html

referencia:http://www.nytimes.com/2007/02/20/science/20book.html?ex=1172725200&en=523951de4504cb8b&ei=5070&emc=eta1

18 febrero 2007

Nubes y radiación cósmica


Los del IPCC habrán gruñido cuando hace poco se llevó a cabo un experimento en el que se fabricaron "nubes" utilizando la radiación cósmica. Un experimento que emula, según sus autores, lo que de forma natural, pero difícilmente observable, ocurre a diario en la atmósfera. Un amigo lector me anima a que lo comente.

Tuvo lugar en una pequeña cámara instalada en el sótano del Centro Nacional del Espacio en Copenhague (Dinamarca). Desde hace unas décadas un grupo de físicos daneses se empeñan en demostrar que el calentamiento del siglo XX está ligado a la disminución de las nubes bajas, lo cual a su vez es una consecuencia de la disminución durante ese siglo de la radiación cósmica que llega a la Tierra. Según ellos la radiación cósmica provoca una suelta de electrones en la atmósfera que, por un proceso catalítico y ionizante, ayuda al ensamblaje de aerosoles atmosféricos (especialmente los derivados del azufre) creando "núcleos de condensación", de los que hablé dos posts más abajo.

La mayor o menor llegada de estos rayos cósmicos depende de la actividad geomagnética del Sol. El aumento de la actividad solar durante el siglo XX habría llevado a una disminución de la radiación cósmica y a una disminución de las nubes bajas. Al final, en superfcie, más insolación y más calor.

La cosa todavía no está clara, pues es difícil comprobar que las nubes bajas han disminuído. Para el que le atraiga este asunto de las nubes y la radiación cósmica, tengo una página explicativa en la web: ésta.

16 febrero 2007

Corderos


Hace ya muchos años que se sabe que en Nueva Zelanda el metano producido por la ganadería provoca en teoría un efecto invernadero global mayor que el de su emisión nacional de CO2. Su Ministro del Cambio Climático (este puesto kafkiano también allí existe) propuso hace tiempo sin mucho éxito establecer una tasa de flatulencia por cordero o vaca.

Ya he hablado del metano otras veces. No es muy corriente mencionarlo mucho, pues por razones económicas (apoyo al gas natural) y demagógicas (no meterse con las cosas del campo) se prefiere centrar "la culpa" en el CO2. Pero hoy "El País" en su contraportada (que suele ser la página más atrevida) por fin lo hace.

Si a la paranoia oficialista por buscar un culpable le hubiese dado porque el chivo expiatorio fuese el metano, y no el CO2, hubiese mostrado como prueba el mapa de su reparto global, que, vaya usted a saber por qué, coincide con el hecho de que en los últimas décadas el hemisferio norte se haya calentado un poco y el hemisferio sur prácticamente nada.

El CO2 antrópico, debido a su larga duración en la atmósfera, tiene tiempo de viajar desde sus fuentes norteñas hasta los confines del sur y por eso se reparte más o menos homogéneamente por todas las latitudes, de polo a polo. El CH4 (metano), en cambio, se oxida y se muere pronto en el aire (su vida media es de unos 12 años). No viaja tanto. En consecuencia el mapa de la concentración de metano en el aire sí muestra una diferencia latitudinal clara, siendo más abundante cerca de sus fuentes.

(En el mapa que presento arriba no parece que la emisión de metano afecte particularmente a Nueva Zelanda. Sin embargo el celo del Ministro del Clima por preservar el Cordero Místico del Protocolo de Kioto le obliga a sacrificar, beeeé, a los corderitos corrientes)

(sobre el metano tengo publicada en la web esta página

ref.: Lelieveld J, 2006, A nasty surprise in the greenhouse, Nature,443, 405-406

15 febrero 2007

Las nubes importan, aunque no les guste confesarlo


Los visionarios del futuro, un puñado de meteorólogos (no miles de científicos, como hasta la saciedad nos repiten), no suelen aclarar al público qué papel juega la evolución de la nubosidad en sus predicciones de achicharramiento. He asistido a conferencias y cursos y no me he aclarado yo tampoco gran cosa, aunque me ha parecido entender que hoy por hoy las nubes son las grandes ausentes de sus juegos de tarot. No sólo porque los modelos utilizan resoluciones espaciales con rejillas demasiado grandes para captar las nubes individuales, sino sobre todo porque todavía no se conoce nada bien, ni física ni químicamente, cómo se forman las nubes.

Y las nubes son importantes. Cuando es de día, hasta el más tonto lo sabe: si hay nubes el Sol pega menos fuerte. Se calcula que la nubosidad global por término medio devuelve al espacio, por reflexión de la luz, unos 50 W/m2 (watios por metro cuadrado). Ahora bien, las nubes también retienen el calor en las capas bajas. De noche el aire superficial se enfría menos si hay nubes que si el cielo está despejado y se ven las estrellas. Se calcula que las nubes retienen globalmente y por término medio unos 30 W/m2 de radiación infrarroja, que no se escapa al espacio. Es su efecto invernadero.

En el balance, las nubes enfrían unos 20 W/m2 (cincuenta menos treinta), porque lo que reflejan es mayor que lo que retienen. Esta cifra es importante. Hace dos posts, ahí abajo, puse el gráfico del IPCC de los forzamientos radiativos antropogénicos. El IPCC atribuye al incremento del CO2 desde 1750, un forzamiento de 1,6 W/m2. Así que una evolución de la nubosidad global a más o a menos, por pequeño que sea el porcentaje, tiene un efecto, de calentamiento o de enfriamiento, superior al del incremento humano del CO2.

Las nubes son vapor de agua condensado. Pero no sólo eso, pues las gotitas de las nubes suelen contener en su interior microscópicas partículas (aerosoles) que han sido decisivas en el proceso de condensación del vapor de agua. Se llaman "núcleos de condensación". El IPCC considera (ver de nuevo el gráfico de abajo) que los "aerosoles" de origen antropogénico —la "contaminación", el humo, el cielo amarillo— han hecho que las nubes que contribuyen a formar hayan enfriado el clima unos 0,7 W/m2, pero con una incertidumbre (ver la barrita) que hace que el enfriamiento pueda haber sido de hasta casi 2 W/m2 (más que el calentamiento del CO2).

El IPCC por ahora no dice nada de la posible evolución de otros núcleos de condensación, por ejemplo la de los aerosoles de azufre marino. Hace pocas semanas la revista Science publicaba un artículo de unos investigadores catalanes (hace unos años lo hizo Nature) en el que se trata de la evolución en la producción marina de dimetilsulfuro. Este gas lo emite el plancton vegetal marino. En la atmósfera se convierte en sulfatos, y estas moléculas arracimadas de sulfatos sirven de núcleos de condensación y fabrican sobre los océanos nubes bajas. Las nubes bajas enfrían la superficie. Según estos investigadores, que ratificarían una teoría parecida publicada allá en 1987 por los míticos Charlson y Lovelock, cuando el Sol pega más fuerte aumenta el dimetilsulfuro, con lo que aumentarían las nubes bajas. Y la superficie, por un efecto de feedback negativo, se enfriaría.

Por otra parte, estos días también retoma fuerza la teoría danesa de que la disminución de la radiación cósmica durante el siglo XX ha contribuido a que hayan disminuído las nubes bajas. Ese tipo de radiación contribuye a hacer más efectivos a los aerosoles del aire en su labor de núcleos de condensación. Lo comentaré otro día.

ref.: Vallina S. and Simó, R., 2007, "Strong relationship between DMS and the solar radiation dose over the global surface ocean", Science, 315, 506-508
(nota: el dibujo lo he sacado de otro artículo. Todd J. et al, 2007, "Structural and regulatory genes required to make the gas dimethyl sulfide in bacteria", Science, 315, 666)

14 febrero 2007

Se ha perdido El Niño


Hace unos meses pasó desapercibida para la prensa una investigación publicada en "Geophysical Research Letters" según la cual la zona superior oceánica se enfrió considerablemente entre el 2003 y el 2005. El mar, con su continuo intercambio horizontal y vertical de masas de agua sigue teniendo un comportamiento intrigante (te sumerges y, donde menos te lo esperas, te encuentras con una familia de cachalotes desayunando).

El mapa de las anomalías de las temperaturas de la superficie del mar durante la semana pasada (4 Febrero- 10 Febrero) muestra lo poco espectacular del calentamiento oceánico. En azul, las áreas más frías de lo normal; en naranja, las que están más calientes. Azules por aquí, naranjas por allá (el período de referencia es 1982-1996).

Ya antes de finalizar 2006 algunas organizaciones vaticinaban que el 2007 iba a superar todos los records debido al Niño, que en los últimos meses del año se había hecho notar. El Niño es un fenómeno océanico ecuatorial durante el cual las aguas frías profundas del Pacífico Oriental dejan de emerger hacia la superficie. Entonces la superficie del mar se recalienta, aumenta la evaporación, se calienta el aire, se producen modificaciones en la circulación general de vientos y, uno de los resultados de todo ello, la temperatura media global alcanza un pico alto (El Niño de 1997-98 ha sido recientemente el más fuerte).

Ahora donde debería haber un gran manchón anaranjado (en la zona ecuatorial del Pacífico, al este del meridiano 180) aparecen unas manchitas azules. Nos hemos descuidado y El Niño se nos ha perdido en la playa.

ref: Lyman J. et al, 2006, "Recent cooling of the upper ocean", Geophysical Research Letters, 33, L18604,

10 febrero 2007

El IPCC también duda


En el anterior post comentaba que en sus cálculos el IPCC le da una nula importancia a la influencia de la urbanización en el calentamiento global. O sea que el desarrollo de las ciudades, de los polígonos industriales, de los aeropuertos, de las carreteras, del cemento ... nada tiene que ver según ellos con esa pequeña subida de 0,7ºC de temperatura media registrada en 100 años por la red de los termómetros de superficie (colocados de forma standard en una garita blanca aireada y a dos metros de altura del suelo). Pues bueno. Pero dudar, dudo, dado que son conocidas las diferencias de temperatura tremendas que suele haber entre los barrios de una ciudad, y entre el centro y los suburbios, especialmente en las noches frías del invierno (de hasta 5ºC). Es posible, creo, que la "contaminación" térmica urbana llegue muy lejos, igual que lo hace la "contaminación" lumínica.


Y todavía dudo más que la modificación humana de los paisajes naturales rurales a lo largo de todo un siglo, que han sido ocupados por kilómetros y kilómetros cuadrados de campos de cultivo y de regadíos, haya producido globalmente un enfriamiento, que es lo que el IPCC opina.

Para el IPCC la deforestación debida a la tala, ha hecho que la superficie de la Tierra se haya vuelto algo más clara a lo largo del siglo, más blanquecina, y que haya aumentado así la perdida de energía solar por rebote de la luz en el suelo y vuelta hacia arriba, al espacio. Al porcentaje de luz reflejada y perdida de nuevo al espacio se llama "albedo" (en latín "blancura").

En una figura del informe del IPCC recientemente publicado (pinchar en ella) se recogen en watios/m2 lo que se atribuye de calentamiento (en rojo) o de enfriamiento (en azul) a los diversos factores de "forzamiento radiativo" que se tienen en cuenta. Se llama en este caso "forzamiento radiativo" antropogénico a las diferencias de watios, de más o de menos, que por "culpa" de la humanidad, desde 1750, absorbe o rechaza la troposfera (la baja atmósfera).

En la fila de la derecha se notifica de todas maneras el índice de confianza que el IPCC tiene en sus consideraciones ("high, medium, low").

Aunque al "land use" ("uso de la tierra") se le atribuye un poquitín de enfriamiento —barra azul de aproximadamnete -0'2 w/m2— aparece la la palabra "medium-low" ("medio-baja"), que significa que este valor que se usa en los modelos es casi más un invento que otra cosa.

Como ya explicaré otro día, hay razones para pensar que en realidad las grandes superficies regadas lo que han hecho es calentar, tanto por su aporte de vapor de agua al aire (potente gas invernadero) como por la disminución del albedo.

07 febrero 2007

El IPCC de noche no ve nada


La imagen de arriba es un compendio de imágenes de satélite en la que en un estudio de la NASA se retrataba, hace unos años, la luminosidad nocturna en Europa con cielos despejados. A los que les agobia la humanidad y el progreso, les resultaba una prueba evidente de que hemos crecido demasiado y de que somos unos derrochones.

Al observarla, se podría pensar que la urbanización exponencial a lo largo de las últimas décadas que ha sufrido Europa (y los otros continentes) puede haber contribuído a esas décimas de subida que han registrado los termómetros y que tanto alarman.

Pero el IPCC (el panel de la ONU que estudia el cambio climático) no ve nada. Falta de vitamina A probablemente. Su reciente informe sólo atribuye a la urbanización de los continentes una subida térmica de 0,0006 grados centígrados al año, es decir, nada. Dice textualmente que "los efectos de las islas de calor urbanas son reales pero locales y tienen una influencia despreciable". Hay consenso. Asunto zanjado.

03 febrero 2007

La gripe


Con el frío ha llegado la gripe a España. Leo que en Madrid los casos han aumentado estos días considerablemente, y que están ligados a la pasada ola de frío ártico. Leo también que la gripe aviar ha llegado estos días a Inglaterra. La gripe es una enfermedad peligrosa para niños y viejos, no sólo en sí misma, sino por sus repercusiones en otras. Lo sé por experiencia propia.

La prensa hoy vocifera. Cita al IPCC y nos alarma con un previsible aumento de las olas de calor en España. Callan que el IPCC constata también una disminución del frío: "Cold days, cold nights and frost have become less frequent" (los días fríos, las noches frías y las heladas se han vuelto menos frecuentes). No sé si me lo creo, pues tampoco dan datos, pero es lógico que si dicen que hace más calor, haga menos frío ...

El invierno del reciente 2005 fue especialmente frío en España. En el mapa de arriba, de las anomalías térmicas del invierno del 2005 (Diciembre-Enero-Febrero) con respecto a la media de los últimos 56 años, se observa que España (en azul) sufrió el frío. La Encuesta de la Salud indica que en España las muertes por gripe se multiplicaron ese invierno por 11 y que en el conjunto del año murieron en España un 4,1% más de personas que en el 2004.

Pero ustedes, si están sanos, preocúpense de la malaria que, después de atravesar el Sahara, les van a traer, en unos cien años o así, los mosquitos africanos.

02 febrero 2007

IPCC 2007, un informe bastante más suave


Un primer vistazo a este informe-resumen de 21 páginas, que acaba de salir, me alegra porque es bastante más suave que el del 2001. Ejemplos.

Para empezar no aparece ya la curva de Mann ("el palo de hockey") con la que antes se presentaba un milenio de los de "aquí no pasó nada hasta el subidón térmico del siglo XX". Esta curva fue luego abusivamente utilizada por los "políticos" (los "policymakers" a los que va destinado el resumen).

Más importante, el IPCC admite que la Antártida no se ha calentado y que el hielo que la rodea estacionalmente no ha variado. Y la Antártida es importante.

"Es probable que haya habido un significativo calentamiento antropogénico en los pasados 50 años en la media de cada continente excepto en la Antártida"

"La extensión del hielo marino (que rodea a la Antártida) continua mostrando variabilidad interanual y cambios locales pero sin tendencias estadísticamente significativas, lo que es consistente con la falta de calentamiento reflejada en las temperaturas medias del conjunto de la región"

Pero este resumen no explica nada de por qué el CO2, que sobre el Polo Sur ha aumentado tanto como sobre el Polo Norte, no ha hecho sentir su influencia en la Antártida.

Sobre el hielo de la Antártida y su evolución tengo publicada esta página

Susan Solomon, la portavoz.


Cuando hoy en un telediario le he visto a Susan Solomon actuar de portavoz del resumen catastrofista del IPCC, me he acordado de lo que escribí hace años citándole a ella. Son las últimas palabras de un libro que escribí en 1995 titulado "Ozono, la catástrofe que no llega". Dice así:

Los científicos no están tampoco libres de toda culpa en el alarmismo creado. Así, escribiendo sobre un posible efecto que las erupciones volcánicas podían ejercer en una atmósfera anormalmente cargada de cloro antrópico, dos de las más eminentes personalidades expertas en el ozono, Susan Solomon y David Hofmann, terminaban con estas palabras en Abril de 1989 un largo artículo publicado en "Journal of Geophysical Research" : una erupción mayor que la de El Chichón, que ocurra en la próxima mitad del siglo, será un importante test para la teoría de la extinción de los dinosaurios y quizás determine que los sistemas biológicos contemporáneos sigan el mismo camino.

Pues bien, poco después, en Junio de 1991, la Tierra sufrió la erupción más importante del siglo XX, la del monte Pinatubo, pero la hecatombe no sucedió. Hubo un descenso significativo del nivel de ozono pero, al parecer, completamente inocuo para la vida. Está ahora por ver cómo y a qué ritmo se recupera el equilibrio a medida que se limpia la estratosfera, o cómo, por el contrario,lo impide la acción negativa del incremento previsible del cloro estratosférico. De todas formas no creo que todavía nos vayamos a reunir con los dinosaurios.

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Como lo de la pérdida de ozono se ha pasado de moda (entre otras cosas porque el ozono es un gas invernadero, ya hablé en otro post), Susan prueba fortuna en vaticinarnos esta otra catástrofe.

01 febrero 2007

Groenlandia no se derrite, ( o sí ? )


Un artículo del "New York Times", sobre la descongelación de Groenlandia, recogido hoy y traducido por su hermanito "El País", me solivianta, cuando todavía no son ni las nueve de la mañana. En ese estilo lúgubre y amenazador, un tanto sádico con el lector y que es típico del triste talante ecologista, se habla del "lado oscuro y aterrador" de la aparición de nuevas islas en las costas de Groenlandia. Prefieren el hielo.

Pues no sé si esto será verdad y si tendrá que ver con el "calentamiento global". En realidad, Groenlandia, en el largo período de 50 años, 1950-2000, y según los datos oficiales de temperaturas publicados por la NASA, se enfrió.

Si en el mapamundi de arriba buscan Groenlandia, la verán teñida de azul, lo que significa que en ese reciente medio siglo la tendencia de la temperatura allí fue a la baja.

Ahora bien, como me escribe un amable lector a las pocas horas de haber escrito yo lo anterior, si hubiese tomado el período un pelín más largo, 1950-2006, el enfriamiento revelado en la gráfica desaparece. Así que no se fíen de las tendencias, ni de las que pongo yo. Si tienen tiempo y ganas, sobre el hielo de Groenlandia, y su evolución, tengo escrita esta página .

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Ah! Hoy hay "apagón mundial", a las ocho de la noche. Una iniciativa que proviene de Francia, en donde hasta las luces de la Torre Eiffel dejarán de estar iluminadas durante cinco minutos. Ya lo veremos en televisión. Qué emoción!

Uf, qué asquito... Dicen que será mundial ... Qué apagarán, me pregunto, los 2.000 milones de personas que viven aún sin electricidad?.

Me dan ganas de volver a ser "marxista-leninista-pensamiento mao tse tung", y ponerme a gritar la consigna del camarada Vladimir Ilitch : Electrificación y Soviets !

Bueno, ya me calmaré.

pd.