06 agosto 2007

Sumideros de CO2



El mapa global que pongo arriba, publicado por la NOAA, indica el supuesto flujo medio de CO2 en el año 2005 entre la tierra (suelo y vegetación) y el aire. En colores anaranjados aparecen las zonas en donde hubo un paso neto de CO2 desde la tierra al aire y en colores azulados, lo contrario, en donde la tierra absorbió más CO2 del que emitió. No se tiene en cuenta la emisión de CO2 por quema de combustibles fósiles.

Se observan, teñidas de azul fuerte, las extensas zonas cultivadas de las praderas norteamericanas. Sumideros, absorbentes de CO2. Por el contrario, en Europa el tono azul es mucho más escaso y el menor territorio aumenta la desventaja.

Un sumidero de CO2 es aquella zona terrestre en donde al aire se le escapa el CO2. El aire lo pierde allí en donde la absorción fotosintética de las hojas es mayor que la emisión de CO2 que resulta de la respiración y la descomposición de ellas mismas.

Un bosque en su juventud suele ser un sumidero de CO2, ya que su crecimiento implica que es mayor el CO2 que absorbe que el que se le escapa. Y lo acumula en la madera de su tronco y de sus ramas, que crecen y crecen. En cambio, un bosque maduro, que ya no crece, pierde en otoño e invierno, por descomposición de las hojas muertas caídas en el suelo, lo mismo que ha ganado en primavera y verano, cuando sus ramas reverdecían. Y si el bosque está viejo, con troncos muertos desparramados y comidos por los hongos, es probable que en el otoño-invierno pierda más CO2 del que gana en la época de la luz.

Las zonas de cultivo —un trigal— son siempre sumideros de CO2. El trigo que crece acumula carbono procedente del CO2 del aire. Luego ese trigo se recoge y se lleva al silo, y luego a la harinera y a la panadería, y al final acaba en forma de bocadillo en el estómago de un gordo como yo, que lo convertiré de nuevo en CO2 lejos del trigal. Lo mismo con un maizal y con un patatal y con un berenjenal. Y tampoco importa si al final la planta sirve de alimento o de combustible. En los dos casos, quemado el carbono por el cuerpo o por la máquina, volverá a ser CO2. Pero se devolverá al aire lejos de donde se absorbió y muchas veces más allá de sus fronteras: en donde se importe soja para fabricar y quemar etanol (España) o en donde se importe trigo para hacer spaguettis (Italia).

La NOAA calcula que en Estados Unidos el 30% del CO2 que se emite por la quema de combustibles fósiles es absorbido por la vegetación y los suelos. Si, con el desarrollo de los campos para etanol, se intensifica la agricultura, este porcentaje aumentará. En las próximas negociaciones postkyoto de reparto de cuotas de CO2, si los sumideros se tienen plenamente en cuenta, incluídos los cultivos, ese país podrá salir beneficiado. Y le puede tener a Brasil de aliado. Ventajas de tener territorios grandes y productivos, que les permiten exportar maíz, trigo, soja ... es decir, carbono, que otros consumimos y quemamos. Me voy a almorzar.

ref.: Carbontracker (NOAA)