28 marzo 2007

Milagros y pecados


Ayer los de Greenpeace se subieron a la chimenea de la central térmica de carbón de Pasajes y parece que han pasado allí la noche bien pegaditos a la pared para guarecerse de la humedad y pasar menos frío. Dicen que la central emite tanto CO2 como todo el tráfico de Gipuzkoa y exigen que se cierre para poder cumplir, con esa simple medida, el Protocolo de Kioto. Pues eso, que la cierren y que no nos den ya más la lata con lo de las bombillas, lo de apagar los aparatos y todo eso del ahorro doméstico. Y podamos de nuevo conducir el coche propio sin mala conciencia. Y la electricidad ya nos llegará de las huertas solares y de los molinos de viento que vayan construyendo y poniendo allá en España.

De todas formas el CO2 no es malo, sino bueno. Y el de Iberdrola, la compañía verde, también, que las plantas no distinguen entre el CO2 fósil del carbón y el no fósil del etanol, les gusta igual. Incluso quizás Iberdrola haya contribuído a que en Euskadi haya 46 millones de árboles más ahora que en 1996. Unos 227 millones en el último inventario. Cien por vasco. De CO2 se alimentan al fin y al cabo.

Hablando de huertas y de emisiones leo que un Boeing 747 emite al año unas 150.000 toneladas de CO2. No está mal. Diez veces más que la emisión de 13.500 toneladas que evitará la "mayor huerta solar del mundo" en Milagro (Navarra)(889 placas, 753 propietarios, 51 hectáreas) (El País,8-03-07).

Mañana me voy a Cuba. Emulando a Iberdrola, parece que en el vuelo de ida y vuelta contribuiré a la fertilización del planeta con el equivalente a 5.000 kgs de CO2, lo mismo que emiten al año los 50 frigoríficos que tengo en mi casa, o los 24.000 kilómetros que hago en coche durante dos años. Lo he calculado en esta concienzuda y concienciada página alemana: "Atmosfair". Te calculan el consumo y te dicen con cuánto y cómo puedes arreglarlo (les das dinero y ellos se encargan de plantar una huerta solar, por ejemplo). Lo que no creo es que me quede dinero para pagar a la vuelta el pecado.